Dar dos palmadas con el reverso de las manos en el famoso tra tra y, sobre todo, hacerlo al lado de Rosalía, no es cualquier cosa. La canción Malamente no sólo cambió la vida de una catalana. "Todo el mundo flipa al verte ahí porque vengo de uno de los barrios más pobres de Barcelona". Ainhoa Urrestilla (Barcelona, 8 de noviembre de 1991), conocida artísticamente como Nhoa, confiesa que entonces no sabía nada sobre esa intérprete de uñas kilométricas que hoy tiene millones de fans.
"Entonces no era archiconocida como ahora. Además, como bailarina, haces casting sin parar, muchas veces no sabes ni para qué o quién son las coreos y ante personajes así firmas mil papeles en contratos de confidencialidad para no poder contar nada", detalla, manteniendo el misterio.
UNA OPORTUNIDAD
Desde que apenas era una niña tuvo claro que lo suyo era el movimiento. "A los 16 años daba clases de psicomotricidad y, con ese dinero, me pagaba la escuela de baile". Criada en Ciudad Meridiana, pasaba las tardes con un casete montando el show en la calle. "Siempre iba con la minicadena a cuestas". Su madre le dijo que estupendo como hobby, pero que estudiara. "Sí le gustaba que bailara... si me buscaba la vida".
A los 17 participó en su primer casting. "Me llamaron la atención por llevar las medias rotas", sonríe. Era una prueba muy pequeña y no resultó seleccionada. Pero ella no se rindió, porque nadie te va a venir a buscar a casa con un contrato bajo el brazo. "Joan Gràcia, actor, director, productor y guionista, me vio y, más adelante, me contactó y empecé a hacer bolos".
Así, trabajando duro, se metió en una rueda donde se repite si trabajabas bien. "En mi época no había escaparates cazatalentos como Instagram". Eso sí, recalca que ha sido y sigue siendo un mundo muy inestable. "Me acostumbré a que la primera pregunta al decir que bailo fuera: "Ya, pero, ¿de qué trabajas?".
Por eso, no quiso decepcionar a su familia y fue a la Universidad a cursar Administración y Dirección de Empresas (ADE). Y también se fue al extranjero a estudiar. "Me metieron mucho miedo con eso de que del baile no se podía vivir y llegué a trabajar de todo, especialmente, de camarera. No me arrepiento, aunque pienso que ese tiempo podía haberlo empleado en formarme mucho más como bailarina".
LAS 8 ROSAS
El tiempo le dio la razón al formar parte de ocho bailarinas perfectamente sincronizadas que pronto fueron conocidas como Las 8 Rosas. Elena Marín, Alicia Aroca, María Ríos, Paulina Alcaina, Natalia Palomares, Luisina Sánchez, Beatriz Ortiz y nuestra protagonista, Ainhoa Urrestilla, acompañaron a Rosalía como una de las voces más influyentes del flamenco en El Mal Querer Tour, contribuyendo con su danza a un éxito incontestable. "Nos encerramos en la barcelonesa Fabra i Coats para ensayar junto a la coreógrafa Charm La'Donna todos los pasos del espectáculo".
Fue una experiencia increíble, describe. "Todo es muy intenso y necesitas mucha autodisciplina". Su madre ya podía estar orgullosa de su cabezonería. "Hasta los veintitantos no pude dedicarme a la danza a tiempo completo, sin compaginarlo con más actividades", recuerda.
GIRO AL DEPORTE
Y de una faceta muy artística, protagonizando anuncios, cortos o vídeos experimentales a enfocarse en el fitness. Nhoa dice tímidamente que nunca había ido al gimnasio, pero cualquiera lo diría, a juzgar por su energética intensidad dando clases. Lidera un equipo de bailarines en Lapso Studios, una empresa fundada en 2021 en Barcelona por Eugenia Llopart y Javi Herrarte, que busca revolucionar el ejercicio físico a través del indoor cycling y el Barre, la disciplina de moda en España, que se inspira en la danza clásica y el Pilates.
"Me contactaron en la pandemia, estaba parada y pensé en probar. Con sinceridad, el primer día lo vi una americanada y llegué llorando a casa. No sé por qué volví y me enganché muy rápido, porque llevar al límite al cuerpo y centrarte sólo en el presente es súper adictivo".
Se trata de un espacio oscuro, para que cada uno puede centrarse en sí mismo, y dejarse llevar por el movimiento a través de música potente y ejercicios al ritmo del beat. "Nuestro objetivo es diseñar una experiencia especializada, sin incurrir en cuotas. Queremos ser el primer no gym que viva de la pasión y las ganas de la gente que asiste". Cuenta que algunas alumnas han hecho clic tras sus sesiones. "Aunque parezca hipócrita, porque todos queremos adelgazar, ese es su último objetivo. Al final es la mejor hora de su día".
UNA SEGUNDA VIDA
Ubicado en el local contiguo al centro de la calle Diagonal 606, en el número 604, por allí pasan más de 300 personas que buscan exprimir al máximo ese paréntesis en su día a día. Cuando piensan que no pueden más, ahí está Nhoa alentándoles a dejarse el alma. De hecho, hay gente que la busca y acude todos los días, tenga el horario que tenga. "Aunque les duela mucho el glúteo por las agujetas. Realmente es el mejor piropo que me pueden decir".
Una alumna que se mudó a otro país hasta le escribió unas líneas. "Te das cuenta de que puedes tocar a la gente. Están en las mejores manos, porque tenemos una formación muy específica sobre cómo tienen que colocar sus rodillas, estirar la pierna, estabilizar su centro o respirar. Tenemos plena conciencia del cuerpo pero también emocional".
Como bailarina nunca te consideran deportista, protesta, pero tienes que tener unos cuádriceps fuertes para, por ejemplo, poder trabajar los saltos. "Quizá llegas por objetivos más estéticos o superficiales, te quieres ver físicamente bien, pero te vas dando cuenta de que es la mejor terapia", reflexiona. De hecho, se siente tan especial como instructora que cuando realiza trabajos de bailarina. El último, en el vídeoclip Illusion, el nuevo sencillo de la súper estrella Dua Lipa, grabado en nada más y nada menos que con Sagrada Familia, las calles del Barrio Gótico e incluso algunas de las azoteas más exclusivas de la Ciudad Condal de fondo.
Guerrera a la par que elegante, Nhoa ha cambiado su casete por el Spotify. Sigue a todo volumen. Y ahora el tra tra le sirve para rodar a tope. "No me puedo quejar. Soy muy feliz con mi segunda vida profesional".